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viernes, 29 de octubre de 2010

¿Para qué sufres?

Hola amigos. ¿Va todo bien?

Me alegro de que estés otra vez conmigo para conversar. Yo vuelvo a estar aquí después de varios meses.

Tuve el placer de leer este verano un libro del japonés Haruki Murakami, escritor y atleta de maratón y triatlón, que desgrana de forma sencilla e interesante los detalles y, sobre todo, el estado mental del atleta ante el reto de superarse así mismo. Quería destacar y compartir hoy contigo una frase suya que me impactó y que resumen bastante bien el contenido del libro:

“El dolor es inevitable; el sufrimiento, en cambio, es opcional”

¿Cómo? ¿Me lo puede repetir? No doy crédito. O sea que después de tanto sufrimiento propio y ajeno resulta que estaba en nuestra mano no sufrir independientemente de la causa-dolor de tal sufrimiento. Dicho de otra forma ¿no estamos todos de acuerdo en que el sufrimiento, aunque es uno el que lo padece, es algo que te viene dado, que proviene de fuera y que no lo elegimos? ¿Cómo? Oiga “maestro”, ¿me puede repetir eso de que es opcional?

Bueno, aunque he relatado el párrafo anterior en primera persona del singular y del plural, en realidad yo ya había llegado hace algún tiempo a la conclusión de que no es lo mismo dolor que sufrimiento y que uno no pero el otro sí puedo observarlo, darle la vuelta y desactivarlo. La cuestión es que si no cuentas con otra persona que te escuche, te pregunte y te apoye durante ese proceso de incómoda toma de conciencia, es difícil dejar de sufrir (opcional) por lo que te duele (inevitable).

Alguien nada sospechoso de ignorante o fantasioso, el emperador-filósofo romano Marco Aurelio, ya dijo hace unos 1.850 años, “¿No será mejor disfrutar con libertad de lo que tienes en tu mano que disputar con esclavitud lo que no depende de ti?”. Y esto no es resignación, ni siquiera lo parece. Se trata tan sólo de elegir no sufrir por un dolor que no puedes evitar tanto si es un dolor físico (de esto podrían hablarnos numerosos enfermos crónicos que gracias a esta visión de las cosas, ya no sufren), como si es un dolor emocional. No es infrecuente que el dolor emocional se convierta en una necesidad emocional adictiva y el “sufridor” se haya habituado a él de tal modo que en realidad ya no desea superarlo.

Así que, qué eliges ser ¿víctima de tu sufrimiento o protagonista de tu vida? Ya me contarás si has decidido optar por no sufrir cualquiera que sea el dolor que lo cause.

    Angel
¿tienes angel? 

2 comentarios:

  1. Ángel:
    Me alegro que estes de vuelta.
    Interesante texto.Así es, a veces sufrimos innecesariamente o más de lo se pueda justificar.

    Cuesta cambiar paradigmas o formas de pensar.A veces nos asusta el cambio.

    Saludos cordiales!!

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  2. Hola: estuve en tu charla del pasado miércoles y entré a buscar tu blog. Curiosamente escribiste sobre la frase que más recuerdo de lo que nos contaste en esas horas. Así que me alegra saber que te puedo seguir por aquí.

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