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martes, 30 de noviembre de 2010

¿Lo haces simple?

Hola queridos amigos suscriptores y seguidores, ¿va todo bien?

Me alegro de que estés otra vez conmigo para conversar.

Una de las mayores complejidades de la comunicación humana es hacerlo simple.

Un periodista le preguntaba a John F. Kennedy a cerca de la forma en la que preparaba sus discursos y le respondió “A veces tardo 5 minutos en hacer un discurso de una hora pero siempre tardo horas en hacer un discurso de 5 minutos”.

No es lo mismo simpleza, que es bobería o necedad, que simplicidad que es ser y comunicarse sin composición ni dobleces. ¿Por qué no evitas hacerle perder el tiempo a otro y rescatas el valor de lo simple?. Decía Balzac “Simple es lo verdaderamente grande” y, en efecto, es lo que más trabajo cuesta y, a cambio, lo que mejores resultados proporciona al comunicarnos con otro. Recuerda que en la comunicación humana no existen los fracasos, sólo hay resultados.  

La verdad es que para decir la verdad, no hace falta hablar mucho.

¿Te has preguntado alguna vez, o practicado, si la mejor forma de transmitir tu idea a tu interlocutor era utilizando un gesto o un silencio, en lugar de palabras?

Para “regalar” un mensaje simple a la otra persona sólo necesitas 5 instantes:

1º.- Disponerte durante un instante a reflexionar
2º.- Invertir otro instante en captar tú mismo la esencia de lo que quieres decir
3º.- Invertir un instante más en transformar esa esencia en un paquete de palabras, gestos y silencios coordinados
4º.- Invertir otro instante en expresarlo
5º.- Disfrutar de un último instante en observar la reacción de tu interlocutor y aprender de ella.

5 instantes son muy poco tiempo, ¿5 segundos?, así que no te preocupes porque tu interlocutor observe en ti un momento de silencio si lo que vas a decir a continuación es lo suficientemente simple como para garantizar su comprensión y multiplicar la calidad de vuestra conversación.

Creo que la satisfacción mutua durante una conversación de esta naturaleza es directamente proporcional a lo simples que ambas personas hayan sido capaces de hacer sus mensajes. A mayor simplicidad mayor satisfacción. ¡Pruébalo!

Dicen que Einstein, un poco harto de que le hicieran perder el tiempo alumnos y colegas que entraban en su despacho para no decir nada a pesar de hablar mucho, escribió en un cartel que colgó en la puerta a modo de advertencia “No todo lo que puede ser contado cuenta ni todo lo que cuenta puede ser contado”

Te invito a que ensayes con lo que cuenta y hazlo simple. Nunca te lo agradecerán lo suficiente.
    Angel
¿tienes angel? 

viernes, 29 de octubre de 2010

¿Para qué sufres?

Hola amigos. ¿Va todo bien?

Me alegro de que estés otra vez conmigo para conversar. Yo vuelvo a estar aquí después de varios meses.

Tuve el placer de leer este verano un libro del japonés Haruki Murakami, escritor y atleta de maratón y triatlón, que desgrana de forma sencilla e interesante los detalles y, sobre todo, el estado mental del atleta ante el reto de superarse así mismo. Quería destacar y compartir hoy contigo una frase suya que me impactó y que resumen bastante bien el contenido del libro:

“El dolor es inevitable; el sufrimiento, en cambio, es opcional”

¿Cómo? ¿Me lo puede repetir? No doy crédito. O sea que después de tanto sufrimiento propio y ajeno resulta que estaba en nuestra mano no sufrir independientemente de la causa-dolor de tal sufrimiento. Dicho de otra forma ¿no estamos todos de acuerdo en que el sufrimiento, aunque es uno el que lo padece, es algo que te viene dado, que proviene de fuera y que no lo elegimos? ¿Cómo? Oiga “maestro”, ¿me puede repetir eso de que es opcional?

Bueno, aunque he relatado el párrafo anterior en primera persona del singular y del plural, en realidad yo ya había llegado hace algún tiempo a la conclusión de que no es lo mismo dolor que sufrimiento y que uno no pero el otro sí puedo observarlo, darle la vuelta y desactivarlo. La cuestión es que si no cuentas con otra persona que te escuche, te pregunte y te apoye durante ese proceso de incómoda toma de conciencia, es difícil dejar de sufrir (opcional) por lo que te duele (inevitable).

Alguien nada sospechoso de ignorante o fantasioso, el emperador-filósofo romano Marco Aurelio, ya dijo hace unos 1.850 años, “¿No será mejor disfrutar con libertad de lo que tienes en tu mano que disputar con esclavitud lo que no depende de ti?”. Y esto no es resignación, ni siquiera lo parece. Se trata tan sólo de elegir no sufrir por un dolor que no puedes evitar tanto si es un dolor físico (de esto podrían hablarnos numerosos enfermos crónicos que gracias a esta visión de las cosas, ya no sufren), como si es un dolor emocional. No es infrecuente que el dolor emocional se convierta en una necesidad emocional adictiva y el “sufridor” se haya habituado a él de tal modo que en realidad ya no desea superarlo.

Así que, qué eliges ser ¿víctima de tu sufrimiento o protagonista de tu vida? Ya me contarás si has decidido optar por no sufrir cualquiera que sea el dolor que lo cause.

    Angel
¿tienes angel? 

viernes, 26 de marzo de 2010

LA ELOCUENCIA DEL SILENCIO

Hola amigos, ¿estáis bien?. Gracias por estar de nuevo conmigo.

En coaching facilitamos la reflexión y la toma de conciencia de nuestro cliente con lo que yo llamo “Los 4 jinetes del Génesis” (en lugar del Apocalipsis); Génesis, del griego, origen o principio de algo, en el sentido de que el jinete rapport (es como la empatía), el jinete escucha profunda, el jinete pregunta poderosa y el jinete feed back (retroalimentación) generan el principio del cambio, desde dentro, en la vida de la persona que se beneficia de un proceso de coaching.

El galope coordinado de esos cuatro jinetes, especialmente los jinetes escucha y pregunta, es el desencadenante directo de esa génesis transformadora. Los profesionales de esto nos cuestionamos constantemente sobre cómo escuchar profundamente a la otra persona y de dónde surgen las preguntas poderosas.

Escucha profunda… Henry James, un gran escuchante, dijo “hazle sentir que su mensaje ha llegado a ti, a su destino”

Es curioso, pero las personas que disfrutan de esta rara y gran habilidad para escuchar a otro, no pasan de hablar más del 20% o 30% del tiempo total de conversación y sin embargo suelen ser calificados por su interlocutor como grandes conversadores. ¿Es un gran conversador quien permanece callado durante casi toda la conversación? Sí, si lo que está haciendo es escuchar de verdad, es decir, activa y profundamente. Pocas cosas le hacen a uno sentirse mejor que ser animado a hablar de sí mismo y cuando hablo y me escuchas te veo como un buen conversador..

Pregunta poderosa… si sólo pudieras hacer una pregunta, si la solución del problema dependiera de la respuesta a tu pregunta, ¿qué pregunta le harías?

Pero sobre el título de este artículo “La elocuencia del silencio” he mantenido un silencio elocuente. ¿En qué parte de la pregunta emplearías el silencio para hacerla más poderosa?, ¿puede el silencio ser parte de una pregunta?.... [silencio]

Esto, que es técnica y saber hacer en nuestra disciplina, será exactamente igual de útil y satisfactorio practicado por ti si quieres comunicarte de verdad al conversar con tu amigo, tu hija, tu suegra, tu compañero de trabajo, tu jefe, el conserje de tu casa o tu pareja en vuestra intimidad.

Te invito a que lo ensayes a la menor oportunidad y compartas con nosotros con tu comentario aquí, en tu blog_on o blog-balcón, contándonos cómo ha sido la experiencia. Me sigue interesando mucho tu punto de vista.

Angel
¿tienes angel?

domingo, 28 de febrero de 2010

¿En qué estabas pensando hace 1 minuto?

Hola amigos, me alegra mucho intuiros de nuevo en mi blog_on.

¿Cómo van esos ratos diarios de repliegue y regeneración personal?

Esos momentos en que uno se dedica a ser y deja de hacer. Esos instantes en los que sales de tu entorno y entras en tu interno. Esos “espacio-tiempos” para los que, en contra de lo que creías, sí tienes tiempo y constituyen tu minuto de reconstrucción. Es el mejor reconstituyente que conozco y no es jalea real ni ginseng ni ese caldo gallego que se toma el pescador en el puerto a las 9 de la mañana después de 8 horas faenando en el mar una noche de invierno.

¡Ojo! ese momento, además de procurártelo, requiere de otra condición para ser útil a tu satisfacción emocional y es que tus pensamientos sean positivos. La calidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos.

Disfruté este fin de semana con mi mujer de INVICTUS, el último estreno de Clint Eastwood con Morgan Freeman y Matt Damon, y me inspiró este artículo.

En la Sudáfrica de 1995 recrea el poder de creencias, pensamientos y emociones enfocados a la libertad, el bien, la felicidad y el logro tanto en la política como en el deporte de alta competición. Cómo si no iba Nelson Mandela (Freeman) a alcanzar la presidencia del país tras 27 años en las cárceles del Apartheid; seguramente logró liderar a más de cuarenta millones de sudafricanos negros y blancos porque su pensamiento positivo de confianza aplastó a su pensamiento negativo de rencor, revancha y memoria histórica. Su familia no lo entendió pero Mandela se había liberado del odio y concentró su pensamiento en la libertad. Así mismo fue cómo el equipo nacional sudafricano de rugby, sancionado y excluido de las competiciones internacionales durante más de 45 años de segregación racial, fue liderada al triunfo final en el campeonato mundial de rugby de 1995 por su capitán François Pienaar (Damon), bajo inspiración del propio Mandela.

No eres responsable de la cara que tienes ¿verdad? pero sí de la cara que pones, la que te pones y la que pones a otros porque tu responsabilidad sobre cada uno de tus pensamientos es una de las pocas cosas que, siendo verdaderamente importantes en la vida, además sí que dependen de ti.

En coaching no trabajamos con las pesadillas de la gente sino con sus sueños. Créelo, piénsalo, siéntelo y lo conseguirás, no olvides que las fronteras de tu vida son sólo creaciones de tu mente.

¿En qué estarás pensando dentro de 1 minuto?

Angel,

¿tienes angel?


jueves, 28 de enero de 2010

No aprendas si no quieres, nadie te obliga a sobrevivir

¿Va todo bien?

Me alegro de que estés otra vez conmigo para conversar.

¿Cuándo decidiste dejar de aprender? El grado y la intensidad de esfuerzo que empleamos durante muchos años en el colegio, después en la universidad los que fuimos y más tarde en las primeras fases de nuestra inmersión laboral, se perdieron.

¿Recuerdas aquella disposición, aquella curiosidad por aprender y la humildad necesaria para dejarte enseñar? Después nuestra “mente-filtro” suele ensuciarse con tantos posos de café que más que filtrar impide que nada nos entre. Expresiones populares como “estoy de vuelta de todo” o “qué me vas a contar a mi” son muy significativas en este sentido.

¿Quién dice que el binomio -cuando eres niño aprendes y cuando eres adulto enseñas-, es correcto?

Sólo digo lo que dijo Alvin Toffler “Los analfabetos del futuro no serán lo que no sepan leer o escribir sino los que no quieran aprender, desaprender y reaprender”.

De modo que si no queremos pasar por analfabetos en un futuro cercano quizá conviene VER en esquema los obstáculos que los adultos debemos superar para aprender ya que aprender es adaptarse y evolucionar al más puro estilo darwiniano. No aprendas si no quieres, nadie te obliga a sobrevivir.

Estos obstáculos son 8 y los definió el coach ontológico Julio Olalla así:

1- Dices que no tienes tiempo (pero solo tienes tiempo para tus necesidades emocionales adictivas)
2- No sabes que no sabes (ceguera cognitiva)
3- Si lo sabes, pero no admites que no sabes (arrogancia)
4- Confundes tener información con saber
5- Confundes tener opinión con saber
6- En el colegio nunca te premiaron por hacer una buena pregunta y te hicieron adicto a las respuestas
7- Vives juzgándolo todo. No escuchas
8- No das a otro la autoridad para enseñarte

Me sigue interesando mucho tu punto de vista. ¿Qué será lo siguiente que vas a aprender?

Angel
¿tienes angel?